miércoles, 25 de noviembre de 2015

¿QUÉ TIENE EN COMÚN LA VIOLENCIA DE SANTIAGO, PARIS o N.Y.?

Los recientes y atroces acontecimientos de Paris, los que se vienen a sumar a tantos otros ocurridos en tantas partes, me llevaron a esta reflexión. Tal vez intentando intuitivamente, calmar mi sensación de impotencia y mi personal necesidad de comprender la conducta humano, y también, conmovido por las respuestas de ese niño francés y el cuidado y empatía del padre, cuando fue entrevistado por un periodista del programa de TV “Le Petit Journal” respecto de los atentados del 13N.



¿Qué es  lo que lleva a esas personas a cometer semejantes actos?

La escritora e investigadora norteamericana PhD. Brené Brown, plantea una posible respuesta: El sentimiento de escasez y la desconexión es lo que nos lleva a la rabia. En su obra mencionada en el anterior newsletter, donde vuelca los resultados de sus más de 12 años de investigaciones, también nos indica sobre cómo en las últimas décadas se ha venido aumentando el narcisismo. A través de una metodología computacional, se ha detectado y analizado que tanto en las redes sociales como en las canciones populares, hay una creciente tendencia estadística hacia el narcisismo y la hostilidad. Revelando por ejemplo, que cada vez se utilizan menos palabras como nosotros y nos y en cambio, abunda el empleo del yo y el mi. En los medios cada vez se observan menos declaraciones relacionadas con la conexión social y la empatía, y cada vez más, se destaca un individualismo exacerbado y declaraciones relacionadas con la conducta antisocial y la rabia. Tendencia que se pueden observar por todas partes, hasta en los niños que desde hace un tiempo se están criando o absorbiendo, el comportamiento competitivo, narcisistas y cada vez más egocéntrico del entorno con el que conviven a diario. En mi opinión, ilustra mucho esto, lo que escuché hace algunos años a un gran sacerdote jesuita respecto del rol de la enseñanza de los hijos: “la educación tan solo orienta, el ejemplo arrastra”.

Y cada vez hay más evidencias que estamos construyendo una sociedad de personas engreídas y absortas en si mismas, a las que sólo les interesaría conseguir el poder, el éxito y el atractivo personal, convencidos que sus opiniones, son una especie de verdad revelada o “la” verdad. Lamentablemente, el ser humano ha llevado esto a tal extremo, que se ha convertido en la única especie capaz matar a otros, por el solo hecho de creer que tiene la razón.

Para Brown,  esta situación se debe a que vivimos en una sociedad que cada vez más privilegia y premia el comportamiento predecible, lo adecuado y la perfecta ejecución; o sea, donde todo debe estar bajo control y sin riesgos. Independiente de la audiencia a la que se le pregunte, casi todos piensan que a estas personas egocéntricas y faltas de empatía que se sienten superiores, se les debe poner en su lugar con una estrategia y confrontación directa. Sin embargo, enrostrarles sus defectos o insignificancia humana, no soluciona el problema de fondo, porque lo más probable es que la vergüenza sea la causa de su conducta y no la curación. En efecto, ella platea que: “la máscara que nos ponemos es para ocultar el miedo a la vergüenza de ser personas comunes y corrientes, a no vernos tan extraordinarios como quisiéramos, a no ser dignos de que alguien nos acepte o quiera”. En otras palabras, que hoy hombres y mujeres tendríamos la tendencia a sentir pánico frente a la escasez, a no ser suficientes. No ser lo suficientemente buenos, delgados, exitosos, seguros de si mismo, inteligentes, amables, motivados, perfectos, etc.

Un sentimiento de "escasez y vulnerabilidad"

En general, a las personas no nos gusta hablar de esto: de nuestras experiencias de falta de conexión. Al parecer nos da miedo vernos vulnerables frente a otros. Tenemos miedo a sentir vergüenza por una posible vivencia de desconexión, es decir, que exista algo en mi, que si otros lo descubren, entonces no seré digno de conexión. 

Paradójicamente, las investigaciones y la práctica demuestran que la mejor y más efectiva manera de lograr conexión con otros, es fluir en la vida y mostrarnos tal cual somos, es decir, en vez de intentar evitar comportamientos según lo que nosotros creemos que los demás esperan de mi – mejor, tener conductas menos conscientes y más naturales donde no temamos mostrarnos vulnerables. Cuando nos relacionamos con otros, no habrá verdadera conexión si caemos en la trampa de no soltar las barreras o máscaras que nos ponemos por temor a no ser suficientes y preferimos mostrar una mejor imagen. Según Brown, "desde la vulnerabilidad se logra la verdadera y genuina conexión con los demás, presentándonos tal cual somos, desde nuestra esenciacomo en un día domingo en casa".

Resumiendo

Si sentimos que el mundo se está yendo por el barranco, creo que bien valdría la pena recordar las palabras de Gandhi “Si quieres cambiar el mundo, cambia tu primero”. Partiendo por ser los más auténtico posible.

Reflexionando

Aquí les dejo unas preguntas que pienso ayudan a reflexionar mejor en lo personal y por cierto, en conjunto con el  equipo:
·      ¿Qué cosa - se la hiciera - mejoraría notablemente mi(nuestra) forma de vivir y convivir?
·      ¿Qué debería ocurrir en los próximos 90 días para sentir que ha sido el mejor trimestre en mi(nuestra) vida laboral y/o personal?
·      ¿A quién debería(mos) expresar reconocimiento por sus logros? (Hacer lista)

·      ¿De qué o quién podría(mos) estar agradecido(s) actualmente y no lo hemos evidenciado? (Hacer lista)

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