domingo, 1 de marzo de 2015

TERMINA CON EL “SI, PERO...”

“Se cuenta de un personaje de apariencia formal, que se distinguía por su particular forma de responder cada vez que le daban una instrucción, le proponían una idea o incluso una simple sugerencia; su respuesta algo arrogante siempre era ¡SI, PERO...!  Quienes lo conocieron dicen que era de regular desempeño y como jefe, más bien malo”.

Es muy probable que este personaje no le sea desconocido. Esta actitud o comportamiento podría ser el hábito de su propio jefe, de algún colega, de un colaborador o incluso... ¡tal vez, podría ser el de usted mismo!

Para todos la vida laboral transcurre y se sustenta en una constante marea de conversaciones e interacción con otros, y en ese espacio, es muy común toparse con personas que no escuchan al otro, que no se interesan en lo que dice o piensa. Más bien buscan sobresalir, y sin embargo, consiguen el efecto contrario poniendo barreras que dificultan el entendimiento y la comunicación con los demás.

Algunos se justifican diciendo, "¿quién dijo Si, pero..., Yo, no?  Está claro que uno de las principales enemigos de la comunicación es precisamente eso: “escuchar más para responder y sustentar que se tiene la razón que para comprender lo que nos quieren decir”. Falta algo básico que es mostrar una actitud sincera de apertura, de querer entender antes de contestar.

Hay situaciones típicas como: una persona intentando resolver una negociación respondiendo "Si, pero fíjese que...", o peor aun, vendedores que lanzan un "Si, pero..." cada vez que su cliente les cuestiona el precio, el servicio o el plazo de entrega.  Incluso, no faltan aquellos que responden "Si jefe, pero no se olvide que..." frente a cada comentario que reciben de su superior. 

Posibles explicaciones o paradigmas a cuestionarse:


A veces nuestro ego nos hace percibir lo dicho por otro como algo personal, sin comprender que son simplemente opiniones basamos en información y experiencias diferentes. 

Inseguridad o temor a quedar como inepto o poco confiable para resolver las situaciones, cuando en realidad ya está demostrado que la colaboración, la complementariedad y la sinergía son notables fuentes de efectividad e innovación.

Pensar que nuestra opinión es "la" verdad revelada, sin apreciar que la mirada o la perspectiva del otro, puede llegar a sorprendernos y además, mejorar la nuestra. “La” verdad, es algo que ontológicamente tampoco sería posible porque todos vemos e interpretamos el mundo no como “es”, sino como somos.

Algunas opciones para deshacernos de los "peros":


Primero que nada, tomar conciencia que el pero divide la declaración que hacemos en dos partes – la de antes y la de después del pero. Una vez dicho el “pero”, este de inmediato anula el efecto que tenía la primera parte. Al escuchar "estoy de acuerdo, pero pienso que..."  No solo niega el "estoy de acuerdo", además, introduce sin decirlo, la instrucción: “¡Mejor porqué piensas como yo!"

No suponga, mejor indague. Cuando escuche algo con lo que piensa no estar de acuerdo, antes de responder, tómese un momento, reflexione y pregunte;  verifique si está entendiendo correctamente lo que la otra persona piensa y quiere decirle o por qué dice lo que dice o cuestiona lo que cuestiona. Si alguien dice "Hoy tenemos que dar prioridad al informe...", en lugar de responder sin pensar "Si, pero, mejor hagámoslo mañana...", respondamos "Entiendo, y específicamente, ¿Por qué la prioridad para hoy?". Este simple acto de indagación, le abrirá el camino a conversaciones más productivas. 

Reemplace el “pero”.   Tenga presente antes de decir "pero", si acaso usted quiere negar la intención de la primera parte de la oración que ya dijo; si no quiere eso, entonces simplemente reemplace el pero conectando ambas partes con un “y”; por ejemplo: “estoy de acuerdo, y también pienso que…” Con este simple mecanismo es posible completar una frase asertiva y con sentido positivo, que induce a abrir la conversación y no a crear una confrontación.

Conviértalo en un hábito. Al comienzo, puede sonarle diferente y (¡no dije pero!) en la medida que lo practique se transformará en un nuevo y efectivo hábito.  Recuerde, años dedicados al uso del "pero" no se cambian de un día para otro, requiere de perseverancia y bastante práctica.

Resumiendo

Algo que ayuda muchísimo a la consolidación y anclaje de nuevos hábitos, es hacer público sus intenciones y prácticas, y nadie mejor que su entorno para ayudarlo a "escucharse" cuando se le salga "pero" en sus conversaciones. Déjele saber a su equipo que quiere aprender a escuchar más y también, a reemplazar los pero por un y

Lo mejor de todo esto, es que podría convertir su aprendizaje en una práctica contagiosa para todos ellos también y de paso, mejorar la convivencia y la comunicación de su entorno. 

Reflexionando

  • ¿Qué piensa de la actitud de apertura y sincera intención de escucha al otro, en su equipo?
  • ¿Qué importancia le otorgan a una práctica como esta?
  • ¿Cuánto podría mejorar la comunicación en el equipo, si terminan con el Si, pero..?