Vivimos
tiempos de una transversal desconfianza e individualismo, de más exigencias de derechos y escasa aceptación de los deberes. Nos culpamos unos a otros en un ciclo vicioso sin sentido. No son pocos
quienes siguen sustentado la vieja creencia que los problemas que tenemos son
culpa de “algo o de algún otro”. En mi opinión, creo que nos falta tomar conciencia de ello y dar un giro, dar un nuevo significado; tal vez ilustraría, recordar el sentido clásico de Machado: "Caminante no hay camino, se hace camino al andar...". Es decir, somos responsables de los pasos que damos, del ritmo y la ruta que escogemos abrir y seguir.
Una mala y una
buena noticia
Desde
mi perspectiva, la mala noticia es que en muchas ocasiones las personas asumen una posición de “víctima de las
circunstancias”, y en consecuencia, no se hacen cargo de lo que les pasa. Un mecanismo de autodefensa aprendido para evadirnos, una errónea creencia que consiste en colocar el problema "afuera” como una cuestión externa y ajena a nosotros. Y eso es lo malo, nos privamos las opciones, porque es algo que no
estaría en nosotros poder resolver.
La buena noticia es que es posible entender y aprender que en la búsqueda de los
objetivos personales o profesionales siempre habrá hechos, personas o
circunstancias que nosotros mismos habremos fomentado o ignorado lo suficiente,
para que las cosas resulten de esa determinada manera; y en consecuencia, el
resultado estará en perfecta armonía y coherencia con esas decisiones tomadas. Por eso, es clave comprender que hacerse cargo, aceptar que han sido “mis”
decisiones lo que me tiene en este lugar, es lo que nos puede abrir un mundo de opciones y posibilidades
para cambiar el estado actual de las cosas.
Con
los años, he aprendido que aun cuando no me gusten las potenciales opciones,
estas siempre están ahí; mientras que en el papel de víctima, las opciones
simplemente desaparecen, no están en el paisaje; y ese es el peor de los mundos
porque se puede caer fácilmente en el pesimismo y la desesperanza.
Enfrentar
con éxito los obstáculos y las dificultades
La Real Academia Española de la lengua, define éxito como “El resultado feliz de una actividad o negocio.” En mis actividades de desarrollo organizacional como
talleres, charlas o sesiones de coaching, me ha tocado encontrar
personas que sienten necesidad y deseos de re-encontrarse, de darle un nuevo
sentido a su vida, de conseguir mejores resultados, de superar obstáculos
que delaran tener. Es decir, lograr ese “resultado feliz”. Sin embargo
y paradójicamente, me he sorprendido con varias de ellas que, queriendo cambiar
las cosas en su vida personal o profesional, pretenden lograrlo “sin cambiar”
ellas mismas. Y encuentro increíble como tantas personas piensan que eso es
siquiera posible.
Si no
te gustan los resultados que hoy obtienes y deseas que algo cambie, hay dos opciones: decidir esperar el tiempo suficiente hasta que se produzca algún
milagro que lo resuelva o, decidir comportarte y actuar de
una manera diferente a como lo haz hecho hasta ahora. De esta segunda opción, es donde surgirá la opción de cambio, por que la pregunta no es si ¿estás
seguro que quieres tener éxito? La pregunta de fondo es si ¿estás dispuesto a
cambiar? porque sólo como consecuencia de ello podrás conseguir resultados
diferentes.
El
éxito es natural, pero hay que alimentarlo
No
existen asesores, gurús ni hadas madrinas que puedan
tocarnos con una varita mágica para que logremos lo que estamos buscando. Allá afuera, no existe persona ni magia que se pueda realizar para darle éxito sostenible a nadie. Para ello se necesitamos talento, pulirlo con ganas y esfuerzo diario, y por sobre todo, manteniendo una actitud abierta y positiva. Y no es solo un simple decir, una cuestión de pensamiento o de lógica; en esto está involucrada toda nuestra coherencia como seres humanos, lo corporal, lo intelectual, lo emocional y espiritual. Si bien el éxito es lo natural, porque nacemos con todas las capacidades, no es menos cierto que se parece a una planta, hay que regarla. Para que el éxito llegue y sea sostenible en el tiempo, hay que alimentarlo regularmente con optimismo, creatividad y actitudes positivas, con disposición para aprender y de colaborar, para dar y recibir de otros, no crece por milagro.
tocarnos con una varita mágica para que logremos lo que estamos buscando. Allá afuera, no existe persona ni magia que se pueda realizar para darle éxito sostenible a nadie. Para ello se necesitamos talento, pulirlo con ganas y esfuerzo diario, y por sobre todo, manteniendo una actitud abierta y positiva. Y no es solo un simple decir, una cuestión de pensamiento o de lógica; en esto está involucrada toda nuestra coherencia como seres humanos, lo corporal, lo intelectual, lo emocional y espiritual. Si bien el éxito es lo natural, porque nacemos con todas las capacidades, no es menos cierto que se parece a una planta, hay que regarla. Para que el éxito llegue y sea sostenible en el tiempo, hay que alimentarlo regularmente con optimismo, creatividad y actitudes positivas, con disposición para aprender y de colaborar, para dar y recibir de otros, no crece por milagro.
Resumiendo
Ser optimista, regalarse respuestas y explicaciones positivas que lo dejen bien. Cultivar – porque no es automático - una actitud de vaso medio
lleno. Por ejemplo, leer libros o revistas que alienten. Escuchar música
que inspire y anime, incluso mientras se va o viene del trabajo.
Convertir los tiempos de traslado en un tiempo de aprendizaje, reflexión, cargar de
energía y que nos impulse durante el resto del día y todos los días.
Siempre
tenemos la opciòn de elegir, y podemos elegir estar bien o estar mal, aceptar
o rechazar, amargarnos por un fracaso o darle un sentido positivo, aprender de ello y avanzar. Recuerda, tener éxito y superar los obstáculos es como un viaje
hacia uno mismo. Lo que buscamos lograrlo ha estado siempre en nuestro poder. ¡La
Magia está en nosotros mismo!
Reflexionando
Lo que permite asumir una nueva y más optimista forma de actuar, de vivir y convivir
en el día a día, son las bifurcaciones del camino y tomar consciencia de eso, nos encaminará hacia mejores condiciones y a un mayor
bienestar personal. ¿Cómo estás en estas sencillas prácticas para el día a día?:
- Agradecer al final de cada jornada los logros y bendiciones recibidas.
- Levantarte algo más temprano en las mañana para “disfrutar el trayecto”.
- Despedirte con afecto, de los seres queridos, todos los días.
- Saludar por su nombre a la cajera del supermercado, al conserje, al vecino, etc.
- Sonreír o saludar a personas o vecinos que no conoces.