miércoles, 10 de diciembre de 2014

MANEJAR EL ESTRÉS SIN ESTRESARSE EN EL INTENTO

Comúnmente se cree que el estrés es creado por el exceso de trabajo, el ruido en las grandes ciudades, los problemas familiares, etc., donde las personas aparecen como víctimas de su estilo de vida. Si bien, las causas que inducen un estado de estrés son externas, este es subjetivo, ya que depende de cómo percibe y reacciona cada persona frente a dichas circunstancias o estímulos externos.

El estrés surge como reacción frente a la “percepción” de las situaciones de la vida. Cuando una persona interpreta esa percepción como “una suerte de carga, amenaza o incapacidad para enfrentarla y solucionarla”, es cuando se gatilla el proceso del estrés.

¿Se puede salir del estrés? Sí, de acuerdo al cardiólogo argentino, Saúl Polisky, autor de “El Arte de Vivir sin Estrés”, donde él postula que el estrés no es una enfermedad, sino un síntoma de que algo no está bien dentro de uno mismo. Sería un aviso de alerta que nos indica: “haga un alto en su camino, como un disco pare, donde puede resultar peligroso no detenerse”.

El riesgo de vivir con estrés no es solo que puede “enfermar”, sino que pueda enfermar gravemente. Como cardiólogo y especialista en estrés, creó un Kit de Primeros Auxilios en base a tres preguntas para ayudar a pacientes y lectores, a destrabar el estrés derivado de su percepción - a veces dramática - sobre las dificultades que declaran tener:

Primera: ¿Lo que estoy pensando o está ocurriendo es importante o es trivial?

La mayor parte de las veces resulta ser irrelevante, aunque a veces no lo es. Si se concluye que es irrelevante, se producirá una desactivación del proceso de estrés. (…y por el contrario, si resulta que es importante, entonces se aplica la siguiente pregunta)

Segunda: ¿Existe una solución, tengo o tenemos una solución?

Cuando logramos descubrir que existe una solución, también conseguimos desactivar el proceso del estrés. Y cuando no encontramos una solución, hay que aceptar que la vida tiene de dulce y de agraz y que existen ciertas situaciones o aspectos externos a nosotros, que no los podemos modificar y, debemos adaptarnos a ellos. (Una vez que llegamos a esta situación, se emplea la última pregunta).

Tercera: ¿Vale la pena el costo en mi salud?

En la mayoría de los casos, la gente dice “que no vale la pena el costo en salud” porque esta no tiene precio.

Finalmente, existe varios hábitos que pueden colaborar con el manejo del estrés, siendo tres de ellos los que me parecen relevantes de adquirir:

(1) Pensar positivo. La autocrítica, bien enfocada, es una herramienta crucial en personas exitosas, sin embargo, cuando las dudas se convierten en una constante para todo lo que uno hace, entonces es el momento para la autoreflexión. Identificar los pensamientos negativos recurrentes para lograr control sobre ellos y, utilizar el humor para alejar los miedos, los pensamientos negativos y aprender a observarlos sin reaccionar automáticamente ni con “pre-juicios”. Recuerde: “Finalmente te conviertes en lo que piensas todo el día” – Earl Nigthingale.

(2) Preocuparse menos del futuro y vivir más el presente: A veces estamos tan atrapados por nuestros pensamientos sobre el futuro que se nos olvida vivir, o incluso disfrutar lo que está sucediendo ahora. Cuando decimos cosas como “ya quiero que este día se acabe” o “que lugar tan increíble, me gustaría volver algún día”, estamos dejando de vivir el presente. Mejor disfrutar lo que sea que se esté haciendo, la música que está escuchando, el café que está tomando, la brisa en el rostro o el amanecer. Disfrutar y “saborear”, nos trae al presente, de manera que dejas de preocuparte por cosas que ni siquiera están aquí. “En mi vida he conocido una gran cantidad de problemas, pero la mayoría de ellos nunca me sucedieron” - Mark Twain.

(3) Hacer una actividad física que le sea gratificante: Un estudio reciente efectuado por la Universidad de Tel Aviv con una muestra de 1.632 trabajadores, de diferentes niveles e industrias, demostró que mantener una actividad física regular y dosificada, de a lo menos 4 horas semanales - caminata, hacer una deporte o ir al gimnasio - elimina o contra resta eficazmente el estrés o "síndrome de burnout laboral". 

Resumiendo

Cuando se gatilla el proceso del estrés, surgen las emociones que no es otra cosa que la reacción del cuerpo a la mente,“son el reflejo de la mente en el cuerpo” como dice Eckhart Tolle (autor de – El Poder del Ahora). Acuda al optimismo y al pensamiento positivo, vea siempre el vaso medio lleno, haga un alto, reflexione y evalúese, piense positivamente y decida actuar en consecuencia. Mantener una actividad física de su agrado, le ayudará enormemente. Y si fuera el caso, pida ayuda. Recuerde que la peor decisión es intentar acostumbrarse a vivir con estrés... ¡Podría ser tan peligroso como no respetar los signos Pare! 


Reflexionando

·       ¿Qué respuesta recibiría de su entorno cercano si usted les pregunta sobre su nivel de estrés?
·       ¿Qué cambios podría realizar en sus hábitos para evitar o disminuir el estrés?
·       Póngase en la situación que ya ha logrado manejar o eliminar su estrés… Ahora pregúntese ¿Qué cambió? O ¿Qué tendría que suceder para sostener ese cambio?


lunes, 3 de marzo de 2014

LA EFECTIVIDAD PERSONAL EN EL DIA A DIA

Los cinco principios clave

Durante el año 2013 colaboré con diferentes organizaciones y personas, y en la práctica he comprobado que hay una "necesidad" bastante común que aflora de manera recurrente; y que desde mi punto de vista tiene mucho que ver con la búsqueda de bienestar, o sea, las dificultades para ser más efectivo en el trabajo y en la vida personal.

Analizando diferentes contenidos que he utilizado en esas actividades de formación, se me reiteran cinco principios claves, que se deberían tener presente para lograr esa efectividad y bienestar personal.

Principio #1 - Ver el Vaso Medio Lleno

Es clave mantener, cuidar y fomentar una Actitud Positiva y Proactiva muy especialmente frente a las dificultades o eventos adversos, porque la actitud determinará la calidad y efectividad de las decisiones que tomemos. Para ilustrarlo, me hace mucho sentido el pensamiento de Stephen Covey: "Lo que determina la vida de las personas no es lo que les pasa, sino como deciden actuar frente lo que les pasa". Y esto tiene todo que ver con la actitud, esa "actitud madre" que aflora desde el temperamento de cada uno pero que también se puede educar, con el aprendizaje personal, con la práctica diaria de tener pensamientos positivos y de darnos respuestas positivas frente a las dificultades. Porque son los pensamientos positivos los que nos llevan a tener actitudes positivas, y la magia o "el secreto" de esto, es que hay una relación directa entre actitud y resultado: una actitud positiva nos llevará la mayor de las veces a un resultado exitoso; y una negativa a un resultado no deseado.

Principio #2 - Escuchar para Entender

La comunicación efectiva está centrada en el escuchar: escuchar con los oídos, los ojos y el corazón. Este principio tiene que ver con el acto de poner atención y no interrumpir, como también, en ver las cosas desde el punto de vista del otro. Uno de los malos hábitos más comunes en la actualidad, precisamente está en que las personas no escuchan para entender, escuchan para contestar. Esta práctica no solo genera mayor desconfianza, también fomenta la división y radicalización de las posiciones. Por el contrario, cuando escuchamos queriendo entender, no solo se abren mayores posibilidades, además, nos ayuda a sentirnos más seguros a la hora de expresar y sostener opiniones. Las posibilidades de ser más efectivos, se multiplican cuando queremos escuchar y entender las ideas y sentimientos del otro, entonces el sentido está puesto primero en entender y luego, en ser entendido.
   

Principio #3 - Lograr las Metas con Equilibrio y Asertividad    

Este principio apunta a una condición básica para ser efectivos y generar buenos resultados - especialmente en el largo plazo - que es, tener un propósito y buscar el logro de este pero tomando en cuenta la forma y respeto con que interactuamos con las personas que nos relacionamos. Es decir, no se trata de conseguir las cosas que buscamos, a costa de pasar a llevar a los demás o de no considerar los efectos que nuestras conductas producen en los que están alrededor. En esto, la asertividad o el ser asertivo es clave, porque corresponde a ese comportamiento que está equidistante entre la pasividad y la agresividad. El comportamiento asertivo es el que nos permite ser directos, honestos, considerados y orientados a la acción, diciendo "no" cuando no queremos algo, cuidar tanto ser respetados como respetar a los demás. Y cuando surgen los conflictos, ser asertivos implica buscar una solución Gana-Ganar.

Principio #4 - Primero Conócete y Conocerás a los demás
  
Las personas somos, pensamos y actuamos de diferentes maneras, y a pesar que esto es obvio y de sentido común, rara vez se actúa en coherencia con ello, por el contrario, las personas solemos actuar y manifestarnos como si el pensamiento propio fuera una "verdad" revelada, como si mí razón fuera "la" razón y todas las demás razones quedaran supeditadas a ella. Este principio contiene dos aspectos. El primero es que las opiniones de los demás son tan legítimas como las propias y el hecho, de no estar de acuerdo con ellas o no compartirlas, no significa que esas otras opiniones no sean legítimas. El segundo aspecto, tiene que ver con el temperamento, es decir, con esa forma de comportamiento e interacción social que todos tenemos de forma natural; y que al conocerlo y aceptarlo como propio, eso se transforma en una poderosa fuente de liviandad y de bienestar. Al reconocer y saber en qué fluimos y nos desenvolvemos con eficacia y donde no, nos hace más creíbles y confiables; y tiene la gran ventaja que nos permite entender también a los demás en sus fortalezas y en sus limitaciones; cuestión clave para tomar mejores decisiones, más realistas, efectivas y adecuadas al logro de nuestros objetivos.

Principio #5 - La Responsabilidad es Personal...¡Yo me hago cargo! 
  
Con mucha frecuencia oigo a las personas entregar sus opiniones, refiriéndose a "la gente..." o a "uno..." con gran desplante y locuacidad. Sin embargo, cada vez que usan esos términos, creo que en realidad están hablando de todos menos de ellos mismos; y este hábito o comportamiento genera una sensación de falta de compromiso y de poca responsabilidad sobre lo que expresan. Es muy diferente decir: "la gente aquí llega atrasada"... a decir, "aquí nosotros llegamos atrasados"; o "uno es ignorante"... a decir, "yo soy ignorante". En las primeras frases es evidente que hablamos de todos menos de nosotros mismos, y en las segundas, lo que se dice sí tiene que ver con quién lo expresa, porque la persona se está incluyendo y aludiendo, se está haciendo parte de sus dichos, es decir, está involucrada, se hace cargo de lo que está diciendo y eso genera transparencia y confianza. Como dijo Frederic Chopin: "Toda responsabilidad eludida se convertirá en un fantasma que perturbará nuestro sueño". Expresarse desde el YO brinda la posibilidad de crecer, de tomar conciencia y de hacernos responsables de nuestros dichos, y tomar un compromiso personal y desde ahí, construir nuestro camino de bienestar.
       
Resumiendo


Teniendo presente y practicando estos cinco principios, las posibilidades de mejorar, de ser más efectivos y aumentar nuestro bienestar se multiplican enormemente. Para ponerlos en práctica simplemente se necesita tomar la decisión de comenzar a usarlos, y escuchar de qué manera nos estamos expresando. También puede ayudar muchísimo, reflexionar y compartir con quienes nos conocen bien, tanto en lo laboral como en lo personal, algunas preguntas tales como:  

  

Para reflexionar...  
  • ¿Qué tan positivamente estoy reaccionando frente a las dificultades?  
  • ¿Cuando tengo un propósito claro, me ocupo solo de avanzar o también de mi entorno?  
  • ¿He intentado conocer cómo me ven los demás o qué tanto, soy como yo creo ser?  
  • ¿Busco hacerme cargo de las circunstancias o ellas definen mi forma de actuar?  
  • ¿Tiendo más a justificarme o hacerme cargo de mis acciones?